Lo que jamás deben ser los jefes

- Conductas ligadas a la ira: el jefe suele poseer una gran energía que canaliza hacia el enfado incontrolado cuando las cosas no salen como él quiere, manteniéndose en un estado de "cabreo continuo".
- Conductas ligadas a la soberbia: cuando el jefe se tiene una sobrestima desmesurada, cuando tiene siempre que quedar por encima, cuando intenta siempre demostrar que es el jefe y jamás practica el reconocimiento a los colaboradores o colegas.
- Conductas ligadas a la envidia: cuando el jefe evalua constantemente a los demás, les explica por qué no funcionan sus sugerencias (negatividad) y nunca agradece. Estas actitudes son manifestaciones de envidia hacia los demás ya que los logros de los equipos son de todos.
- Conductas ligadas a la lujuria: cuando quiere ganar a costa de cualquier cosa, aunque machaque al otro, hace comentarios despectivos y no escucha apenas a los demás. Él piensa que ¿para qué escuchar si todo el mundo miente?
- Conductas ligadas a la avaricia: oculta información importante y empieza cada comentario con un no o un pero (ya que él siempre tiene la razón, es el que aporta la calidad a los proyectos) y se apunta siempre los tantos de los demás.
- Conductas ligadas con la gula: se obsesionan con alcanzar los objetivos constantemente, abusa de foilias y fobias (estás conmigo o contra mí), y jamás asume su culpa.
- Conductas ligadas a la pereza: actuaciones del tipo "soy como soy y ya no voy a cambiar" o excusándose y justificándose continuamente.
Aunque este tipo de jefe sea admirado por su capacidad para resolver problemas complejos, como jefe es un ser lamentable que tiene mucho que mejorar.
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