Estudio mundial sobre prioridades de la dirección de las empresas.
Según un último estudio sobre las prioridades de los directivos de las empresas (Estudio mundial de Accenture), estos se concentran en los peligros de la globalización, la inestabilidad geopolítica o el aumento de la competencia, apareciendo en primer lugar la gestión del riesgo, atraer nuevos clientes, aumentar el crecimiento; sin embargo en España, nuestros bajos índices de productividad nos obligan a seguir mirando hacía el interior de nuestras organizaciones ya que mejorar el rendimiento de las plantillas es la prioridad en España: la atención está puesta en los recursos humanos, seguidos por las tecnologías y bastante más lejos la gestión del riesgo. Cuando vemos por todas partes que la gestión debe centrarse en el usuario, que debemos focalizar en el mismo y adaptar nuestros servicios a sus auténticas necesidades, nuestros directivos están más preocupados por aumentar la productividad laboral de los empleados.La preocupación global de los directivos franceses y alemanes es el crecimiento y la rentabilidad, para japoneses y británicos, la gestión del riesgo, para los italianos, aumentar la fidelización de los clientes y para los chinos, se centran en el valor del empleado.Para competir en el mercado, las compañías españolas deben invertir en talento y conocimiento, y en innovación, tanto desde el punto de vista de sus productos y servicios como desde el tecnológico y de gestión.
El gran problema de las horas perdidas: Si ha quedado demostrado que en España la jornada laboral es muy larga y sin embargo la productividad es baja, es evidente que el problema son las horas perdidas que representan un 47% de la productividad (que se pierde). El fallo está en la falta de previsiones, evaluación y existencia de objetivos adecuados, algo tan simple como que los empleados tengan claro a qué tienen que dedicar su jornada laboral.
El gran problema de las horas perdidas: Si ha quedado demostrado que en España la jornada laboral es muy larga y sin embargo la productividad es baja, es evidente que el problema son las horas perdidas que representan un 47% de la productividad (que se pierde). El fallo está en la falta de previsiones, evaluación y existencia de objetivos adecuados, algo tan simple como que los empleados tengan claro a qué tienen que dedicar su jornada laboral.
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